miércoles, 3 de diciembre de 2008

Post grinch odiador

Por el carril izquierdo va un señor panzón con un árbol amarrado al techo, corriendo para que Paquito (un niño que él cree que es su hijo) sonría al verlo decorado.

Pero a quien le importa que Paquito sea hijo de aquel señor que vende aspiradoras, a fin de cuentas es Navidad. Época de amor y armonía, en la que se celebra el cumpleaños de un tipo que nadie conoció al que clavaron a un poste de teléfonos hace 1975 años. Es por él que hay que comprarle regalos a nuestros seres queridos, aunque el resto del año nos valga puritita verga como están. En ésta época de hermandad hay que tener compasión por los pobres y regalar una cobija o un juguete, a todos nos dan asco el resto del año pero en algún momento hay que descargar nuestra culpa. Una buena forma de descargar culpa es darle un peso a esos niños desafortunados del Teleton, así además de que los exhiben en televisión, ayudamos a que varias compañías evadan impuestos.

Navidad es convivencia. Por eso va a venir a cenar la gritona de tú suegra a la que tanto odias y vas a tener que aguantar a tus sobrinos chillones; Pareciera que el único remedio es refugiarte en el alcohol como todos los años. También hay que convivir con todos los conductores enfurecidos de la ciudad. Quienes corren a comprar el chupe y la botana, o los regalos y las envolturas. Y que con la gente rara que odia estas fechas y se avienta a las vías del metro haciendo que se paré por horas ¿También hay que convivir con ellos?

Pero como son fechas de perdonar me vale madres que la gente se histerize un día más del año (es en lo que son consistentes). Lo único que espero es que estén buenas las fiestas a las que me han invitado.

10 comentarios:

Sender Eleven dijo...

Me grinch too Hay que hacer un sidicato de grinches nacionales.

Lata dijo...

sí andas re grinch. Me das miedo...

Plaqueta dijo...

Yo fui grinch y luego se me quitó. O no. Lo que no soporto son las filas para pagar en el super (aunque tú no lleves pavo sino un kilo de pimiento verde) y las colas en el cajero automático (les urrrrrge sacar el aguinaldo). Fuera de eso, podría serme indiferente, pero he de confesar que me gusta un poco.

Silvia Black dijo...

me uno a tu desagrado navideño... lo mío es por la nostalgia, los propósitos, me choca todo eso... como si no fueramos a ser mejores el 1 de enero... y me estresa tener que pensar qué le voy a regalar a quien...
lo peor: no me han invitado a ninguna fiesta, chale

Vanessa C. dijo...

No sé que es lo qué pasa.. Es la epidemia grinch navideña.. Yo me volveré una si no me obsequian el bendito telefonito celular que quiero, del resto me vale un bledo.

Happy Holidays..je!

La Vaka dijo...

Mi querido ángel peludo, a mi tampoco creas que me super entusiasma la navidad, de hecho ya se lo que pasa año tras año en la sala de mi abuela, regalos, los niños contentos, los tios platican, las mujeres, que somos muchas por cierto en la cocina (las grandes, las otras nos hacemos bien pen...jas, total ya son muchas preparando)....

Espero que este año me toque buen regalo en el super intercambio familiar jajaja y se mejore, la navidad pasada mi exnovio llego a hacer un super desmadre y teminamos mentandonosla a las 6 de la mañana..... ese día fue mi tragedia anual....

Felices pedas!!!

Emilio M O dijo...

Ya decía yo que ser grinch es lo de hoy, pero nadie me creía, gracias por recordarme que aun existen grinchs verdaderos en este mundo, sniff. Ahora se que no estoy solo en mi cruzada.

MICHELLE FURLONG dijo...

mmmm buuuuuuuuuu.....
y mas.....buuuuu.....
evadir con alcohool como todos los años??? como todos los sabados!!!

the lines on my face dijo...

me uno a tu sociedad de grinch... pero sobretodo estoy cada vez más molesta con eso del teletón... grrr!!
en fin, saludos

Neme dijo...

Me uno al grupo, pero desde la perspectiva del sabio e incomprendido Ebenezer Scrooge, de "Cuento de Navidad". Mis vecinos, por ejemplo, decoraron su casa con cuanta lucecita y tontería les sugirió el tamagochi que tienen por cerebro al tiempo que son los peores vecinos que se puedan imaginar... Muy congruentes.