lunes, 23 de junio de 2008

Billar Talismán

El fin de semana estuve en Antón Lizardo ayudándole a Pepe Pez con una salida de buceo (en la cual iban varios de mis amigos). La noche del sábado decidimos ir a jugar al encantador Billar Talismán.

Lamentablemente mi cámara de juguete se quedó en el DF y no pude tomarle fotos al lugar, para ponerlos en contexto Anton Lizardo es el pueblo en el que se encuentra la heroica escuela naval militar por lo que pueden imaginarse la calidad de la fauna del sitio. Entramos y había como 7 u 8 hombres en su mayoría mayores de 25, una rockola enfrente de la barra de la cual salía música norteña, 3 mesas de billar y como 4 mesas de plástico. El centro de la decoración era un gran poster de una rubia con las tetas y las nalgas asomadas entre los pliegues de su ropa de camuflaje militar. El siguiente objeto más interesante era un letrero de pintura roja sobre lamina blanca que decía "No azoten las bolas ni los tarros sobre la mesa, calmen sus nervios".

El lugar tenía una atmósfera de película fichera con dominantes magenta mezclada con callejón del centro después de las seis de la tarde y como las únicas mujeres (por lo menos en sentido estricto) del lugar venian con nosotros todos los señorines les tiraban unas miradas incomodas e indiscretas entre sus exhalaciones de humo. Sin duda alguna el mujer más guapo era la que atendía la barra, un chica con blusa amarillo chingamelarretina, un enorme par de manos, la manzana de adán pronunciada y los ángulos de la quijada casi rectos (amor a primera vista) todo complementado por unos apretaditos pantalones blancos en los que quien sabe como escondía su cromosoma Y.

Nunca en la vida había sentido un titilou (ganas de tomar fotos según Gervaise) tan fuerte, ni siquiera cuando vi aquella balacera en el reclusorio de San Fernando. Pero sin mi cámara no había forma de quitármelo.

2 comentarios:

Manolo dijo...

changos, yo cuando me pongo nervioso me gusta azotar mi tarro en las mesas de billar, creo que no puedo ir a ese lugar
o
no ponerme nervioso

Joselo dijo...

Es imposible ir ahi y no ponerse nervioso.